Una explosión seguida de una gran llamarada anunció un escenario trágico en el barrio Valle Azul. En la noche del miércoles (20/6) un incendio destruyó por completo una casa pero además ocasionó importantes lesiones en un hombre que permanece inte ado en la terapia intensiva del Hospital Zonal.
Roxana López es la esposa de Luis y quien relató lo ocurrido en una entrevista con Radio Con Vos Patagonia. La mujer recordó que esa noche tenían encendida una pantalla alimentada con una garrafa que usaban para calefaccionar una de las habitaciones. De hecho ese fue el elemento que prendió fuego un colchón que se encontraba cerca y luego volvió incontrolable la situación.
De inmediato la mujer tomó a su hijo de 4 años y llamó a su marido para que ayudara a pagar el fuego que, hasta ese momento, no era importante. “Yo dije, esto ya está, hace un poquito, se apaga”, comentó.
Luis logró entrar en la habitación con la intención de aplacar el fuego. Roxana se acercó hasta la cocina para llenar un balde con agua pero escuchó un golpe. “¡Ayudame, por favor, ayudame que quedé encerrado!”, le dijo el hombre y fue allí que notó que la puerta no tenía picaporte. En medio de la desesperación fue su hijo de 19 años quien tomó un cuchillo para accionar la cerradura y sacar a su padre de la habitación en la que comenzó el incendio.
“El fuego era impresionante y el humo negro también. Y mi marido estaba tirado en el piso, al lado de la puerta, con una parte de la ropa quemada”, describió. Luis pudo salir con ayuda pero consciente. Con la nieve que había en el patio apagaron el fuego que tenía en el pullover y siguieron trabajando para evitar perder su casa.
Fue un vecino quien advirtió que el auto se encontraba muy cerca del incendio y propuso moverlo para que no formara parte de los daños. En ese esfuerzo por evitar un mal mayor, la garrafa que tenía el calentador explotó. “Considero que esa fue una desgracia con suerte, porque si hubiese explotado dos segundos antes, eran muchas más las cosas que teníamos que lamentar”, agregó Roxana.
A todo esto Luis continuaba trabajando en medio del caos. “Lo veías entero, moviéndose y después hay cosas que uno no entiende”, dijo acerca de un esfuerzo que atribuyó a la adrenalina porque de un momento a otro Luis le dijo: “me siento mal, me parece que me quemé”. Fue allí que miró a su marido y le vio el rostro quemado, que había empezado a cambiar la voz. Luego llegaría la ambulancia.
El parte médico del domingo les trajo algo de alivio. Luis ya no expulsa hollín de sus pulmones aunque tiene quemados los pulmones por la exposición al aire muy caliente. También generó un cuadro de neumonía ante la secreción de mocos por la infección en las vías aéreas. “Está controlado porque los antibióticos están haciendo efecto”, dijo y adelantó que en las próximas horas el personal médico intentará sacarlo del coma en el que fue inducido. A todo esto también tendrá que ser evaluado por un cirujano ya que una de sus manos también se quemó.
Luis es chofer de Mi Bus. Hace 17 años que se desempeña en el Transporte Urbano de Pasajeros. Roxana en cambio es docente de la Escuela 329 del barrio Pilar II. “Agradezco su ayuda, al igual que la gente de Mi Bus”, dijo sin dejar de agradecer las muestras de solidaridad para con su familia. Sin embargo le queda un largo camino por recorrer con la reconstrucción de su casa y es por eso que solicitan ayuda a través de una cuenta bancaria (Alias ariadnanahirlopez) o de manera telefónica al 154658994.













