El aumento sostenido de las consultas por consumo problemático en Río Negro encendió una señal de alerta dentro del sistema de salud provincial. En los últimos meses, casi 800 personas se acercaron a solicitar asistencia, una cifra que refleja tanto la magnitud del fenómeno como el impacto positivo de la red pública de atención, según explicó Norma Mora, directora del programa provincial APASA (Abordaje Integral de Consumos Problemáticos).
“Este número es una alerta, pero también una muestra de que la gente se está animando a pedir ayuda. Es el resultado de una definición política de trabajo y de una red que está presente en todo el territorioâ€, señaló Mora en diálogo con Radio Con Vos Patagonia.
La funcionaria, que encabeza uno de los programas más activos del país en la materia, subrayó que Río Negro cuenta con dispositivos de atención en todas las regiones y destacó como ejemplo el Centro de Inte ación Colonia Josefa, en Choele Choel, único en la Patagonia destinado exclusivamente a mujeres. “Es un orgullo de la provincia, sostenido íntegramente como política pública por el Ministerio de Saludâ€, destacó.
El consumo que no se ve: del estigma al pedido de ayuda
El ingreso a un tratamiento por adicciones puede producirse de diferentes formas: a veces es la persona afectada quien decide pedir ayuda, pero en muchos casos son familiares, compañeros de trabajo o vecinos quienes dan el primer paso.
“Todavía cuesta mucho reconocer el problema —explica Mora—. El estigma, la vergüenza y el miedo a ser señalado hacen que muchas personas se acerquen recién cuando ya están en un estado grave. Por eso trabajamos también con el ento o afectivo, que es clave para sostener a quien atraviesa el consumoâ€.
La directora de APASA remarcó que las personas que enfrentan adicciones “no son delincuentes ni casos perdidos, sino personas que sufren y que, muchas veces, utilizan el consumo para tapar el dolorâ€.
El abordaje que impulsa APASA combina la atención terapéutica individual con el acompañamiento del ento o familiar y social. Mora lo resume así: “Solo no se sale. La salida es colectivaâ€.
El programa promueve espacios de escucha, grupos de pares, grupos de familias y actividades comunitarias en cada localidad. “El consumo deteriora la red afectiva: la familia se cansa, los amigos se alejan. Por eso nuestro trabajo es reconstruir ese tejido. La recuperación empieza cuando el ento o se involucraâ€, aseguró.
Sustancias en alza y nuevas amenazas
En cuanto a las sustancias más problemáticas, Mora precisó que el consumo de cocaína, crack y alcohol encabeza los registros en toda la provincia, con particular incidencia en la zona andina y el Alto Valle.
“La aparición del crack, la cocaína y otras drogas sintéticas marca una tendencia que no es solo local, sino global. Lo vemos también en Europa, Estados Unidos y Canadá, donde el fentanilo está causando estragos. Por eso hay que estar atentos: el fentanilo ya se detectó en algunas zonas del Alto Valle y eso nos obliga a redoblar esfuerzosâ€, alertó.
El consumo, advirtió, “no elimina el dolor, lo duplica; causa una afección física y psíquica que destruye la vida del usuario, su familia y su ento oâ€.
El alcohol: la adicción más naturalizada
Entre los distintos consumos, Mora expresó especial preocupación por la naturalización del alcoholismo entre jóvenes y adultos. “Es la sustancia de mayor acceso y la más socialmente aceptada. Pero el hecho de que sea legal no la hace menos peligrosaâ€, sostuvo.
Apoyada en datos de la Sociedad Argentina de Pediatría, la funcionaria recordó que la ingesta desmedida de alcohol en la adolescencia puede generar daños hepáticos, endocrinológicos y neurológicos irreversibles. “Esa idea de que ‘a mí no me pasa nada si tomo todos los fines de semana’ es falsa. Puede arruinar un proyecto de vida antes de empezarâ€, advirtió.
También apeló a la responsabilidad de los adultos y los comerciantes que expenden bebidas alcohólicas a menores, recordando que el consumo en esa edad tiene una relación directa con la salud física y emocional. “Brindar está bien, pero cuando el alcohol ocupa un lugar central en nuestras vidas, deja de ser una celebración y se convierte en un síntomaâ€, sostuvo.
Mora hizo hincapié en el papel clave de los comunicadores y medios de prensa para visibilizar la problemática y derribar los prejuicios: “Necesitamos que la sociedad hable del tema sin miedo, sin esconderlo bajo la alfombra. El silencio es cómplice del consumoâ€.
Además, detalló las vías de contacto disponibles para pedir ayuda o información: apasa.gov.ar













