En la previa de la Navidad, un rápido procedimiento policial evitó que una situación de alto riesgo escalara a consecuencias mayores. La secuencia incluyó una persecución, un choque en plena calle y el secuestro de una pistola calibre 9 milímetros con pedido judicial.
La intervención se activó a partir de un llamado al 911 RN Emergencias y del trabajo preventivo desplegado por la Policía de Río Negro en fechas consideradas sensibles. Todo comenzó al caer la tarde, cuando una mujer alertó haber visto circular su moto Motomel, sustraída días atrás, por una de las arterias principales de la ciudad.
Con esa información, móviles que realizaban tareas de control iniciaron un rastrillaje inmediato. Minutos después, detectaron una motocicleta con dos ocupantes que, al advertir la presencia policial, intentaron darse a la fuga a toda velocidad. La huida duró poco: en la intersección de San Martín y Pagano, el rodado impactó contra un taxi en servicio, provocando la caída de ambos ocupantes sobre el asfalto.
El taxi sufrió daños materiales, aunque su conductor resultó ileso. Tras el choque, uno de los sospechosos perdió el control de lo que llevaba consigo y dejó a la vista un arma de fuego calibre 9 milímetros, que fue rápidamente asegurada por el personal policial.
La situación fue contenida de inmediato. Uno de los hombres fue reducido en el lugar, mientras que el segundo intentó escapar corriendo, pero fue interceptado a pocos metros por efectivos de la Brigada Motorizada de Apoyo. La posterior verificación confirmó que tanto el arma como la moto tenían pedido de secuestro vigente por hechos de robo, ratificando que se trataba del rodado denunciado.
En el lugar trabajó el Gabinete de Criminalística para resguardar pruebas y garantizar la correcta actuación judicial.
Finalmente, los dos demorados fueron trasladados a una unidad policial y quedaron a disposición de la Fiscalía en turno, mientras que el arma y la motocicleta fueron secuestradas.













