La crisis laboral y la desigualdad social fueron el punto de partida de una decisión que transformó una historia personal en un gesto colectivo. Roberto Aparicio, cocinero oriundo de Salta y radicado desde hace seis años en Bariloche, decidió que esta Nochebuena no venderá sus viandas: cocinará y entregará menús solidarios a personas en situación de calle y con dificultades económicas.
La idea nació de una experiencia reciente y dura. Durante casi un año, tras quedarse sin empleo estable, Roberto trabajó como repartidor de delivery. “Estás todo el día en la calle y ves la realidad que existe ahí afuera. Había días en los que veía gente buscando comida en los tachos de basura. Esas cosas te van movilizando”, contó en diálogo con Radio Con Vos Patagonia. A los 46 años, explicó, volver a insertarse laboralmente no fue sencillo y la edad se convirtió en un obstáculo más en el camino.
Cocinero de oficio y por vocación, hace apenas dos meses decidió emprender con la venta de viandas. El proyecto fue creciendo de manera paulatina: hoy vende entre 15 y 25 menús diarios y empanadas salteñas los domingos, trabajando de lunes a lunes junto a su compañera, Natalia. Pero incluso en los inicios, cuando las ventas no alcanzaban, la empatía apareció como motor. “La primera vez hice diez menús, vendí cinco y los otros cinco los repartí a los chicos de los semáforos. Eso me fue llevando a buscar la empatía con los demás”, relató.
Para esta Nochebuena, Roberto optó por dar un paso más. El menú solidario incluirá pollo al horno con ensalada rusa y pan casero, elaborado íntegramente por él y su compañera. La intención es coordinar la entrega con un merendero del barrio 106 Viviendas y llegar también a personas que pasan la noche en la calle. La única colaboración que solicita a la comunidad es la donación de bebidas para acompañar las raciones. Un amigo decidió aportar 36 ensaladas de frutas, aunque restaba sumar algunas bebidas.
La iniciativa cobra mayor relevancia por el contexto personal en el que se da. Roberto vive al día, paga alquiler y depende de sus ventas para sostenerse. Aun así, eligió trabajar para otros. “Si no vendo, no gano. Pero igual tomé la decisión de decir: hoy voy a trabajar para otras personas. Creo que todos podemos hacer algo, aunque sea chiquitito. Eso suma, y ahí está la clave de la vida”, afirmó.
En una Nochebuena marcada por la incertidumbre económica, el gesto de un cocinero que convirtió su oficio en solidaridad busca recordar que, incluso en tiempos difíciles, siempre hay lugar para compartir.
*Para contactar a Roberto: WhatsApp 2944 64 81 60 o “Roberto Aparicio” en Facebook.













